Aries
En la mitología griega,
Aries se asocia con la leyenda del vellocino de oro. Según ésta, el rey de
Beocia quiso sacrificar en honor a Zeus a sus hijos Frixo y Hele, pero la madre
de éstos, Nefele, les envió a Crisómalo, un carnero de piel de oro con la capacidad
de volar que los condujo por el mar hasta el país de Aea, donde los rayos del
Sol estaban encerrados en una cámara de oro. Hele cayó al mar y murió ahogado,
pero Frixo llegó a la costa y allí sacrificó el carnero al dios Zeus,
ofreciendo su vellón de oro al rey del país, quien hizo colgar el regalo en un
bosque sagrado honrando al dios Ares, el vellocino quedo así custodiado por una
gigantesca serpiente que no dormía y rodeado por toros salvajes. Se dice que
Zeus plasmo a Crisómalo en las estrellas para reconocer su labor.
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